lunes, 25 de agosto de 2008

Por fin podemos ver algo en las ecografías...

Es evidente que el avance de las nuevas tecnologías por fuerza tiene que tener cosas buenas y malas. No todo va a servir para hacer que la gente de mi generación nos sintamos como gilipollas cuando intentamos leer un SMS de un chaval de 13 años, cuando quieres tomar una hamburguesa sencilla en un MacDonald's (intentadlo y vereis...) o cuando queremos hacer algo en Windows Vista (aunque esto último probablemente hace sentir gilipollas a cualquiera).

Pues bien, una de las muchas cosas buenas de todos estos avances ha sido conseguir que los padres no tengamos que mentir y fingir durante todo el embarazo. Reconozcámoslo... en las ecografías antiguas no había Dios que viera nada. La mayoría seguro que en algún momento tuvisteis la oportunidad de ver alguna de un primo, sobrino, etc. y dijisteis que sí a todo lo que os señalaban sin ver nada de nada:

- "Esta es la cabecita!!!" (madre emocionada)
- "Es verdad!!!" (tú pensando: "no veo nada")
- "Mira los piececitos... ¿los ves?"
- "Sí hombre sí, se ven clarísimo" (sigues pensando: "igual de claro que la trama de Perdidos")

Con la llegada del Canal + y las películas de los viernes codificadas los hombres pudimos entrenar y ya éramos capaces de ver algo más. También estaba el simpático que le decía al ginecólogo "¡Qué guapo! Mi hijo vive en Matrix. Le llamaremos Neo..." (normalmente seguido de la recepción de una patada lateral en giro directa en toda la boca... recordad que las mamás no están para bromas...).

A todo esto, tenías que oir al ginecólogo indicándote donde estaban todos y cada uno de los órganos y partes del cuerpo de tu hijo/a con precisión milimétrica... ¡y tú sigues sin ver la cabeza!

Pues señores, tengo buenas noticias... ahora si quieres te puedes llevar hasta palomitas! Verás a tu hijo, su órganos, sus movimientos, sus brazos, sus piernas, oirás latir su corazón, le verás cantar, bailar y hasta hacer flexiones.

Empezando por la ecografía normal. Si el aparato es moderno, tiene mucha más nitidez y la velocidad de refresco es en tiempo real. Verá perfectamente sus movimientos, menos cuando esté quieto que entonces no le verás moverse... Sigue teniendo ese "entrañable" efecto Matrix, pero sin duda podrás diferenciar la cabeza de un pie o una mano. Casi seguro que le hables a la pantalla, pero ten claro que no te va a responder.

Salimos del ginecólogo con el pecho que se nos sale de la camisa (se han dado casos de padres que se han metido al baño y se han puesto el calzoncillo por fuera del pantalón, como Supermán). "¡Soy la ostia! Le he visto perfectamente. Pregúntame, pregúntame!!! Ya verás como te digo donde esta la parte que quieras". Hacemos fotocopias, lo enviamos por email, la urbanización nos hace una fiesta, etc...

Pero un buen día tu pareja te dice que teneis cita para una ecografía en 4 DIMENSIONES. Es igual, que te pongan las dimensiones que quieras que tú ya ves a tu hijo con la gorra. Llegas a la consulta y normalmente te toca esperar, y esperar, y esperar....... y esperar, y esperar...... ¡Joder!, casi prefiero que le quiten alguna dimensión y nos pasen ya.

Entonces entras, y ves una máquina que parece sacada de Star Trek. Le dicen a tu mujer que se tumbe en ella, y preguntas: "¡Un momento!, no hay que recibir un entrenamiento para subirse en eso?". Llega el doctor, unta la barriga de tu mujer con algo que parece gomina del pelo, y comienza el espectáculo. Tienes hasta una pantalla plana para ti solo, te quedas mirando y... ¡DECEPCIÓN! "¡Pero si se ve lo mismo de siempre pero más grande!". Sin embargo, ahora el tío/a comienza a medir tropecientas cosas a tu hijo/a: El grosor de la piel de la nuca, el diámetro de no se qué, la separación entre no se cuál... Empieza a sacar gráficas comparativas, percentiles que te dicen como se desarrolla tu hijo/a, si es niño o niña (de eso hablaré en otro post). Nosotros no lo preguntamos, pero seguro que te puede decir hasta qué carrera va a estudiar. Después de toda esta fase, tienes a tu hijo perfectamente calibrado y estudiado.

Y entonces llega la traca final... El señor de blanco le pega a un botón y de repente tienes a tu hijo/a en pantalla. Pero a tu hijo/a de verdad, tal cual, sin Matrix, como en una película. Ya no tienes que imaginar nada, está ahí. La imagen es en tres dimensiones, pero además le ves moverse (la famosa cuarta dimensión que muchos estareis buscando es el "tiempo"). El aspecto es un poco de alien y el refresco es lento, pero te da igual. Ves cómo estira los brazos, como se chupa el dedo, como mueve la cabeza... En ese momento das gracias al silicio, a Bill Gates, a la Universidad y a todo el que haya participado en que tú estés ahí delante de la pantalla con la baba por las rodillas viendo a tu niño/a.

Además, si les llevas un CD te sacan fotos y hasta algún video. Luego si quieres lo puedes editar y hacer un DVD con extras: El "Making of", los mejores momentos, el video comentado por los padres, etc.

Resumiendo, es una experiencia inigualable que todos los embarazados deberiais disfrutar. Ya comenté anteriormente que no la cubre la seguridad social, pero seguro que es el dinero mejor invertido de vuestra vida. No sólo por la parte multimedia y emotiva, sino porque comprueban un montón de parámetros del feto que te permiten saber si todo está en orden o hay algún problema (para poder tratarlo cuanto antes).

Yo os recomiendo a todos que lo hagais y ya nos contareis lo que os ha parecido...

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